—Un navío que volvía de Serendib con un cargamento de especias, se vio sorprendido por una violenta tempestad.
La embarcación habría sido destruida por la furia de las olas si no hubiera sido por la bravura y el esfuerzo de tres marineros que, en medio de la tempestad, manejaron las velas con pericia extremada.
El capitán queriendo recompensar a los denodados marineros, les dio cierto número de catils. Este número, superior a doscientos, no llegaba a trescientos. Las monedas fueron colocadas en una caja para que al día siguiente, al desembarcar, el almojarife las repartiera entre los tres valerosos marineros.
Aconteció sin embargo que durante la noche uno de los marineros despertó, se acordó de las monedas y pensó: “Será mejor que quite mi parte. Así no tendré que discutir y pelearme con mis compañeros”. Se levantó sin decir nada a sus compañeros y fue donde se hallaba el dinero. Lo dividió en tres partes iguales, más notó que la división no era exacta y que sobraba un catil. “Por culpa de esta miserable moneda pensó, habrá mañana una discusión entre nosotros. Es mejor tirarla”. El marinero tiró la moneda al mar y volvió cauteloso a su camastro.
Se llevaba su parte y dejaba en el mismo lugar la que correspondía a sus compañeros.
Horas después, el segundo marinero tuvo la misma idea. Fue al arca en que se había depositado el premio colectivo e ignorando que otro de sus compañeros había retirado su parte, dividió ésta en tres partes iguales. Sobraba también una moneda. El marinero, para evitar futuras discusiones, pensó de igual modo que lo mejor era echarla al mar, y así lo hizo. Luego regresó a su litera llevándose la parte a que se creía con derecho.
El tercer marinero, ¡Oh casualidad! tuvo también la misma idea. De igual modo, ignorando por completo que se le habían anticipado sus dos compañeros, se levantó de madrugada y fue a la caja de las monedas. Dividió las que hallara en tres partes iguales, mas el reparto también resultaba inexacto. Sobraba una moneda y, para no complicar el caso, el marinero optó también por tirarla al mar. Retiró su tercera parte y volvió tranquilo a su lecho.
Al día siguiente, llegada la hora de desembarcar, el almojarife del navío encontró un puñado de monedas en la caja. Las dividió en tres partes iguales y dio luego a cada uno de los marineros una de estas partes. Pero tampoco esta vez fue exacta la división. Sobraba una moneda que el almojarife se guardó como paga de su trabajo y de su habilidad. Desde luego, ninguno de los marineros reclamó pues cada uno de ellos estaba convencido de que ya había retirado de la caja la parte de dinero que le correspondía.
Pregunta final: ¿Cuántas monedas había al principio? ¿Cuánto recibió cada uno de los marineros?
El Hombre que Calculaba, notando que la historia narrada por el príncipe había despertado gran curiosidad entre los nobles presentes, encontró que debía dar solución completa al problema. Y habló así:
—Las monedas, que eran, según se dijo, más de 200 y menos de 300, debían ser, en principio, 241.
El primer marinero las dividió en tres partes iguales, sobrándole una que tiró al mar.
241 / 3 = 80 cociente 1 resto
Retiró una parte y se acostó de nuevo.En la caja quedaron pues:
241 — (80 + 1) = 160 monedas
El segundo marinero procedió a repartir entre las 160 monedas dejadas por su compañero. Mas al efectuar la división, resultó que le sobraba una, optando también por arrojarla al mar.160 / 3 = 53 cociente 1 resto
Embolsó una parte y regresó a su lecho. En este momento, en la caja solo quedaron:160 — (53 + 1 ) = 106 monedas
A su vez el tercer marinero repartió las 106 monedas entre tres iguales, comprobando que le sobraba una moneda. Por las razones indicadas decidió tirarla al mar.106 / 3 = 35 cociente 1 resto
Seguidamente, retiró una parte y se acostó.Dejaba en la caja:
106 — (35 + 1 ) = 70 monedas
Estas fueron halladas a la hora del desembarque por el almojarife, quien obedeciendo las órdenes del capitán procedió a un reparto equitativo entre los tres marineros. Mas al efectuar la división observó que después de obtener tres partes de 23 monedas, le sobra una.70 / 3 = 23 cociente 1 resto
Entrega pues veintitrés monedas a cada marinero y opta por quedarse la moneda sobrante.En definitiva, el reparto de los 241 monedas se efectuó de la manera siguiente:
1° marinero 80 + 23 =103
2° marinero 53 + 23 = 76
3° marinero 35 + 23 = 58
Almojarife 12° marinero 53 + 23 = 76
3° marinero 35 + 23 = 58
Arrojadas al mar 3
Total 241 ...
